Tras los datos de Coneval, llama la atención el disparo en la cifra de personas sin acceso a servicios de salud, datos que AMLO ha intentado justificar, señala Víctor Piz.
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Las estimaciones de pobreza presentadas el jueves por el Coneval confirman lo que ya se esperaba sobre la base de los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022: una menor pobreza multidimensional.
El periodo de análisis del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social es de 2018 a 2022 ante las implicaciones económicas y sociales de la pandemia por covid-19 en 2020.
A nivel nacional, el porcentaje de la población en situación de pobreza multidimensional –con al menos una carencia social y un ingreso mensual insuficiente para adquirir alimentos, bienes y servicios necesarios– disminuyó de 41.9 por ciento en 2018 a 36.3 por ciento en 2022 (43.9 por ciento en 2020).
En número de personas, en 2022 había 46.8 millones de mexicanos en pobreza desde 51.9 millones en 2018 (55.7 millones en 2020).
La reducción de habitantes pobres fue de 5.1 millones de personas en los últimos cuatro años, lo que se corresponde con la recuperación en el ingreso de los hogares en México de 4.6 por ciento en el mismo periodo.
“Hay una fuerte tasa de crecimiento en los ingresos laborales (…) entre 2020 y 2022, eso puede ser uno de los factores que implica este incremento en los niveles de ingresos totales de los hogares y las personas, y que a partir de ahí se da esta reducción en los niveles de pobreza”, dijo a este reportero el secretario ejecutivo del Coneval, José Nabor Cruz.
En la desagregación de la pobreza multidimensional por grupos poblacionales, la proporción de la población en situación de pobreza extrema –con un ingreso insuficiente para adquirir la canasta alimentaria y con al menos tres carencias sociales– aumentó marginalmente de 7 a 7.1 por ciento entre 2018 y 2022 (8.5 por ciento en 2020).
No obstante, el número de personas en pobreza extrema pasó de 8.7 a 9.1 millones entre 2018 y 2022 (10.8 millones en 2020).
El incremento es de 400 mil personas, que hace cuatro años se encontraban en situación de pobreza moderada.
Además, la permanencia de la pobreza extrema en niveles similares a los de 2018 deja ver que faltan muchos años, sino es que décadas, para erradicarla en el país.
Las estimaciones del Coneval revelan también que el porcentaje de la población en situación de pobreza disminuyó en 30 de las 32 entidades federativas, destacadamente en Baja California, de 23.6 a 13.4 por ciento; Colima, de 30.4 a 20.5 por ciento, y Tabasco, de 56.4 a 46.5 por ciento.
Sólo se registró un incremento de la pobreza en el Estado de México y Tlaxcala entre 2018 y 2022.
Sin embargo, hay una fuerte heterogeneidad entre las entidades, pues mientras el mayor porcentaje de la población en situación de pobreza lo tiene Chiapas con 67.4 por ciento, el menor es para Baja California Sur con 13.3 por ciento. La diferencia entre los dos polos es de cinco veces.
Además, la recuperación en el ingreso de los hogares en México no evitó el incremento en las carencias sociales que padecen las personas.
De acuerdo con el informe del Coneval, la población vulnerable por carencias sociales pasó de 26.4 a 29.4 por ciento del total entre 2018 y 2022, lo que implicó un crecimiento de 5.2 millones, de 32.7 a 37.9 millones.
Mientras la población en situación de pobreza disminuyó en 5.1 millones, la vulnerable por carencias sociales aumentó en 5.2 millones.
Lo que más llama la atención es el disparo de 20.1 a 50.4 millones de personas en la población sin acceso a servicios de salud en cuatro años.
El presidente López Obrador no tardó en justificar el deterioro de la carencia por acceso a los servicios de salud de la población mexicana entre 2018 y 2020, en que esto “tiene que ver con la pregunta que se hizo”.
Pero la pregunta se formuló en la ENIGH 2022, que es responsabilidad del INEGI, cuyo fraseo sobre servicios médicos fue el mismo de 2020.
Obvio que el tema va más allá de ‘la pregunta’ y, entre otros factores, tiene que ver con la desaparición del Seguro Popular y la fallida creación del Insabi, sin un periodo de transición.
El número de personas con carencia por acceso a los servicios de salud, que se incrementó en 30.3 millones entre 2018 y 2022, pone a México cada vez más lejos de uno de “los mejores sistemas de salud del mundo”, como el de Dinamarca.